Wallmapu: Dinámica de la vegetación

vegetacion nativa cerro Janequeo Wallmapu.jpg
 

Zukelewechi pu koyam

Zugukefule ga kisukelewechi pu koyam
lelfvn pvle
tefvafuy chi wiriwe tifa
wixuafuy kom pvle tapvh mew
chumgechi ga wixuy ñi mollfvñ, ñi kvlle
kakelu anvmka kom balewetulu
rupalu chi aukan
tvgvmgeam mapuche
wenteke wigkul tvfey
xayen mapa pvle.

Los hualles solitarios

Si hablaran los hualles solitarios
en los campos
se reventaría el lápiz escribiendo
la tinta correría por las hojas
como corrió la sangre y lágrimas
de los otros árboles muertos
en la guerra que llamaron pacificación
por estos cerros de XAYEN.

María Teresa Panchillo
(Cholchol, Lof Kuyvmko, 1958)

 

La vegetación del Wallmapu y las perturbaciones naturales

La vegetación nativa del Wallmapu siempre ha estado sometida a perturbacions naturales, entre ellos eventos menos frecuentes de alta intensidad, como por ejemplo movimientos telúricos, y otros de mayor frecuencia pero de intensidad más baja, como ráfagas de viento. Los botánicos sostienen que la presión selectiva ejercida por estas perturbaciones recurrentes habría llevado a la evolución y selección de especies dotadas de "mecanismos de defensa y regeneración". Así, el lahuán (ciprés de la cordillera, Austrocedrus chilensis), es capaz de germinar y crecer en tierra volcánica, y es resistente a la sequía y al viento [i]. Varias especies nativas como el litre (Lithrea caustica) y el peumo (Cryptocarya alba) poseen estructuras llamadas "lignotúberes", las cuales protegen yemas subterráneas, y permiten una regeneración rápida después de la destrucción de las partes aéreas de la planta.

La vegetación nativa del Wallmapu muestra entonces cierta resiliencia frente a perturbaciones naturales recurrentes. Los procesos cíclicos de crecimiento, perturbación y regeneración llevan a un equilibrio dinámico de la vegetación, o sea, las inestabilidades locales causan una fluctuacion espacio-temporal entre diferentes estados estables, lo que resulta en una elasticidad del sistema global frente a perturbaciones [ii]/[iii].

 

Perturbaciones antrópicas

A las perturbaciones naturales se suman, desde la llegada del hombre europeo, perturbaciones antrópicas a escala cada vez mas grande, que han han alterado profundamente este equilibrio dinámico. Por su número poblacional bajo y por su comportamiento, el impacto de los pueblos originarios sobre los paisajes naturales probablemente fue mínimo. Los números poblacionales empezaron a aumentar después de la conquista española, y de manera más marcada en el siglo XIX, cuando numerosos imigrantes chilenos, suizos, alemanes (entre otros) colonizaron el Wallmapu.

El impacto humano sobre la vegetación original (tala, quema, pastoreo, extracción de leña y de especies con fines ornamentales, introducción de especies exóticas, establecimiento de monocultivos de pino y eucalipto, etc) desde entonces ha sido importante  y ha causado una fragmentación de las comunidades vegetales nativas, y en muchas áreas, su destrucción completa. [iv]/[v]/[vi]

Frente a los cambios en las presiones de selección – de perturbaciones naturales a perturbaciones antrópicas  – muchas especies nativas, sobre todo las longevas de crecimiento lento, no están adaptadas. Sin embargo, hay plantas que prosperan bajo las condiciones alteradas, en especial las especies de crecimiento y desarrollo rápido, dispersadas por el viento y xerofíticas. Este efeceto es acerbado aún por el cambio climático global. Así, en general se observa un aumento de especies herbáceas en desmedro de las arbóreas, y de especies exóticas en detrimento de las nativas. La transformación de la vegetación ha sido tan profunda en muchas áreas que es difícil determinar cual fue la vegetación original que las cubría.

 

El rol del fuego

En las últimos décadas, sobre todo en los meses de verano, el número de incendios a lo largo de Chile ha ido aumentando. En los años 1960 y los primeros años de la década del 1970, se contaban menos de 1000 incendios al año, mientras que en el año 2003 el número llegó a 7500. [vii] En 2020, la CONAF lanzó una nueva Campaña Nacional de Prevención de Incendios Forestales. En el sitio web de la campaña se dice que en Chile "el 99,7% los incendios forestales son producidos por la acción humana, ya sea por irresponsable, negligente o intencional".[viii]

Ya en el siglo XIX, los colonos europeos generaron incendios extensos los cuales destrozaron grandes áreas de vegetación nativa, para "despejar" terrenos.[ix] En el siglo XX, el fuego ha sido utilizado para "generar terrenos" para los monocultivos de pino Monterey (Pinus radiata) y especies de eucalipto (Eucalyptus Globulus), árboles introducidos de crecimiento rápido. Con su gran biomasa inflamable los monocultivos corren un alto riesgo de incendios. Los suelos que ya son alterados por el consumo desmesurado de agua por parte de ellos, sufren cambios físicos y químicos a consecuencia de los incendios. [x]

Varios estudios muestran que especies de plantas exóticas invasoras que cuentan con rasgos que les permiten la regeneración luego de la quema, han sido favorecidas por los incendios antropogénicos. [xi] De esta manera, la práctica de la quema ha acerbado no sólo la erosión de los suelos y las dificultades para la regeneración de las especies nativas, sino también ha ayudado a la propagación de especies invasoras como algunas gramíneas [xii] y la pica-pica (Ulex europaeus).

De las plantas nativas, la que parece más favorecida por el madereo y los incendios recurrentes, es la quila (Chusquea quila), pues cuenta con un rizoma con yemas subterráneas que le permiten rebrotar con vigor después de quemadas sus partes aéreas. Originalmente una especie dominante del sotobosque,  ahora cubre amplias áreas por si sola, formando espesos "quilantos". El fenómeno de la floración y muerte masiva de la quila, que a su vez lleva a incendios por las grandes cantidades de biomasa inflamable, es visto como mal presagio por los mapuche. [xiii]

 

¿Es reversible la degradación de la vegetación del Wallmapu?

Como consecuencia del impacto antrópico, en muchas áreas los procesos cíclicos de crecimiento-perturbación-regeneración han degenerado en procesos lineares de desestabilización y degeneración, o sea, en desapariciones a nivel de paisajes, de hábitats, de comunidades y de especies nativas. [xiv]/[xv]/[xvi]

Sin embargo, aunque la vegetación original del Wallmapu haya sido alterada a gran escala bajo presión antrópica, aún existen comunidades vegetales que mantienen un cierto grado de similitud con la vegetación boscosa original. Si bien la alteración en la composición florística y la degradación estructural significa una modificación drástica, aquí la participación de especies leñosas nativas todavía es importante. También existe un tipo de matorral donde se conservan núcleos de vegetación leñosa nativa los cuales ofrecen hábitats a diversos animales, por ejemplo a  algunas especies de roedores y a las aves frugívoras que dispersan estas mismas leñosas.

Parece razonable suponer que, a partir de estas comunidades, podrían desarrollarse de nuevo – en ausencia de perturbación antrópica y con un manejo adecuado – tipos de vegetación que no necesariamente coincidirían con la vegetación nativa original del sector, pero sí serían compuestos, en su mayor parte, por especies nativas.




  • [i] Rodríguez, R., Matthei, M. & M. Quezada: Flora arbórea de Chile. Concepción, Ed. de la Universidad, 1983.

  • [ii] Polymeris-Meier, Mara C.M.: Vegetación actual de la península de Hualpén, Clasificación y dinámica. Tesis para optar al grado de Magister en Ciencias con Mención Botánica, Universidad de Concepción (Chile), 1995.

  • [iii]  Naveh, Z. & A.S. Lieberman. Landscape ecology, theory and application. New York: Springer, 1984.

  • [iv]  Polymeris-Meier, Mara, op. cit.

  • [v]  Armesto, J., Villagran, C. & C. Donoso: Desde la era glacial a la industrial: La historia del bosque templado chileno. Ambiente y Desarrollo 10(1), 1994, pp. 66-72.

  • [vi] Arroyo, M.T.K., Armesto, J., Squeo, F. & J. Gutierrez: Global Change: Flora and Vegetation of Chile. En: H. Mooney ... [et al.]: Earth System Responses to Global Change. San Diego: Acad. Press, 1993, pp. 239-263.

  • [vii] Keeley J.E., Bond, W.J., Bradstock, R.A., Pausas, J.G. & P.W. Rundel: Fire in Mediterranean Ecosystems. Cambridge: Cambridge Univ. Press, 2012.

  • [viii] https://www.conaf.cl/incendios-forestales/prevencion/yo-tambien-soy-forestin-campana-de-prevencion-de-incendios-forestales-2020/

  • [ix] Armesto, J.J. ... [et al.]: From the Holocene to the Anthropocene: a historical framework for land cover change in southwestern South America in the past 15'000 years. Land Use Policy, 27, 2010, pp. 148-160.

  • [x] Keeley, J.E. ... [et al.], op. cit.

  • [xi] Muñoz, M.R. & E.R. Fuentes: Does fire induce shrub germination in the Chilean matorral? Oikos, 56, 1989, pp. 177-181.

  • [xii] Holmgren, M. ... [et al.]: Why have European herbs so successfully invaded the Chilean matorral? Journal of Arid Environments, 44, 2000, pp. 197-2011.

  • [xiii] González Cangas, Yanko & Mauro E. González: Memoria y saber cotidiano. El florecimiento de la “quila” en el sur de Chile: De pericotes, ruinas y remedios. Revista Austral de Ciencias Sociales 10: 75-102, 2006

  • [xiv] Polymeris-Meier, Mara C.M, op. cit.

  • [xv] Armesto, J., Villagran, C. & C. Donoso, op. cit.

  • [xvi] Arroyo, M.T.K., Armesto, J., Squeo, F. & J. Gutierrez, op.cit.

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